Con este instrumento en las manos, el pastor podía pasar del oficio de su trabajo a convertirse en un guerrero perfectamente preparado para la pelea frente al robo de ganado, en defensa de su territorio o ante conflictos surgidos entre pastores o por simples disputas personales.
Podemos pensar que las primeras técnicas fueron perfeccionándose como resultado de la experiencia adquirida en el combate; una técnica poco efectiva es sustituida por otra más eficaz. Posteriormente, el arte más capacitado es asumido por los demás debido a un sentido lógico de eficacia y supervivencia.
Este método ancestral de los guerreros canarios se practica actualmente como legado que honra nuestras tradiciones y cuya práctica se ha convertido en arte, gracias a sus grandes recursos técnicos y amplia gama de movimientos.
así pues, este legado cultural que nos viene del pasado ha impregnado la sangre de nuestros mayores, siendo necesario que esa sangre no se pierda y siga corriendo por las venas jóvenes, para que conviertan en inmortal la lucha autóctona del GARROTE
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